Damián no se consideró afortunado hasta que conoció los ojos de Bianca; y ella nunca creyó en el amor hasta que se encontró con él. Sus caminos se cruzaron cuando coincidieron una noche en el mismo callejón, al que llegaron escapando de sus caóticas vidas. Ese lugar se convirtió en Serendipia, un refugio en el que los problemas se extinguían con el humo. Bianca cree ser un torbellino que destroza todo a su paso, mientras que Damián solo la considera un rayo de luz para su vida.