El diseño de interiores ha evolucionado hacia soluciones que combinan estilo y utilidad. En este contexto, los arrimos se posicionan como piezas versátiles que no solo decoran, sino que también optimizan el uso del espacio.
Los arrimos son muebles conocidos por su estructura alargada y delgada, generalmente de poca profundidad, lo que los hace ideales para colocar contra una pared sin obstruir el paso. Su diseño liviano y discreto permite decorar sin sobrecargar, convirtiéndolos en piezas clave dentro de espacios minimalistas o contemporáneos.
Otra característica destacable es su versatilidad. Algunos modelos incluyen cajones o compartimentos que permiten guardar objetos pequeños, lo que aumenta su funcionalidad. Además, pueden encontrarse fabricados en distintos materiales, como madera, metal o vidrio, y con acabados que se adaptan a diversos estilos de decoración.
La variedad responde a distintas necesidades de espacio y estilo:
Los decorativos están pensados principalmente como elementos estéticos. Suelen tener líneas más sofisticadas, acabados delicados y superficies ideales para exhibir objetos como floreros, esculturas o portarretratos. Son perfectos para recibidores o pasillos amplios.
Estos modelos combinan diseño y almacenamiento. Están elaborados con cajones o puertas pequeñas, lo que los hace útiles para guardar llaves, correspondencia o accesorios del día a día.
También pueden ser una excelente alternativa para complementar otros muebles del hogar, como una cómoda o un clóset en dormitorios reducidos.
Los arrimos modernos y con estanterías abiertas ofrecen un espacio adicional para colocar libros, cestas o elementos decorativos. Además de que en ambientes de lectura, pueden complementarse con libreros o incluso con otros muebles auxiliares, aportando orden visual sin perder estilo.
Una de las dudas más frecuentes al momento de elegir uno es la altura ideal. Generalmente, estos muebles miden entre 75 y 90 centímetros de alto, lo que los hace cómodos para apoyar objetos decorativos o de uso frecuente.
La elección de la altura también dependerá del lugar donde se va a ubicar. Por ejemplo, en una entrada un arrimo bajo puede combinarse con un espejo para ampliar visualmente el espacio.
Mientras que en un comedor, uno más alto puede funcionar como aparador auxiliar, especialmente si se desea almacenar utensilios o loza. Es fundamental considerar la proporción del arrimo con respecto al resto del mobiliario del ambiente para mantener un equilibrio visual.
Si deseas incorporar uno en tu lugar de trabajo, también puede complementar muy bien con muebles de oficina, funcionando como una pequeña estación para colocar archivos, adornos o incluso una lámpara de escritorio.
Los arrimos son muebles multifuncionales que aportan valor estético y práctico a cualquier ambiente. Con el diseño y la proporción adecuados, pueden transformar entradas, pasillos o zonas de trabajo en espacios mucho más funcionales y atractivos.