Preparación: Lava y humedece tu rostro con agua tibia para ablandar el vello facial. Esto ayudará a reducir la irritación y facilitar el afeitado. También puedes aplicar una crema o gel de afeitar para un deslizamiento suave y protección adicional.
Montaje de la cuchilla: Desmonta la cabeza de la maquinilla de afeitar girando el mango. Retira con cuidado la cuchilla antigua y coloca una cuchilla nueva en su lugar. Asegúrate de que la cuchilla esté correctamente alineada y sujeta antes de volver a montar la cabeza de la maquinilla.
Posición y ángulo: Sostén la rasuradora de doble hoja con un agarre firme pero suave. Coloca la maquinilla en un ángulo de aproximadamente 30 grados con respecto a tu piel. Evita aplicar presión excesiva para minimizar el riesgo de cortes y quemaduras.
Afeitado: Comienza a afeitar siguiendo la dirección del crecimiento del vello en trazos cortos y suaves. La maquinilla de doble hoja requiere un enfoque más lento y preciso en comparación con las maquinillas desechables. Realiza movimientos lentos y controlados para obtener un afeitado más limpio y evitar irritaciones.
Después de cada pasada, enjuaga la maquinilla con agua para eliminar el vello y los residuos de crema o gel de afeitar. Esto ayudará a mantener la eficacia de la máquinilla y evitar obstrucciones.
Hidratación posterior al afeitado: Una vez que hayas terminado de afeitarte, enjuaga tu rostro con agua fría para cerrar los poros y luego seca suavemente con una toalla limpia.
Ideal aplicar un bálsamo o loción para después del afeitado.