¿Qué tienen en común Adán, Eva y sus descendientes hasta José con Fritz the Cat o Mr. Natural y los demás personajes de Robert Crumb? Además de lo obvio, haber vuelto a tomar vida en su inconfundible trazo, los personajes bíblicos comparten con ellos similares niveles de delirante humanidad, esa chispa interior que les hace tomar cuanto se cruce por sus mentes como únicas realidades y convertirlo en epopeyas.
A partir de esa premisa, entre 2004 y 2005, Crumb comenzó a preparar una adaptación paródica sobre la historia de ia primera pareja terrenal, Dios y la serpiente incluidos. Pero cuando llegó a la última página del Génesis, decidió que fuera lo más literal y fiel posible al texto original: aspiraba a revelar todas sus capas de significados, su carácter bizarro, su profundidad, su misterio.
El gran problema se le presentó en cómo dibujar a Dios: "¿Hacerlo como una luz que baja desde el cielo, de la que salen globitos con sus diálogos?", se preguntó. "Mmmm..." La respuesta le llegó en un sueño: "Un poco como Charlton Heston, otro poco como mi padre. También pensé en dibujarlo como una mujer negra, pero cualquiera que haya leído el Antiguo Testamento sabe que se trata de un viejo y quejoso patriarca judío."
Tras cuatro esforzados años de espalda sobre el tablero y doscientas veinte planchas con un promedio de cinco escenas diferentes cada una, Crumb terminó de recrear los cincuenta capítulos del Génesis en su mejor estilo: furiosamente loco.
