En 1940 las bombas alemanas no paran de caer sobre Londres, provocando muerte y destrucción. Willie y Reginalda Thompson son padres de una niña de once años, Beatri, y han tomado la decisión más dolorosa de su vida: enviar a su hija a Estados Unidos, lejos de los horrores de la guerra. En Boston, los Gregori acogen a Bea, que no tardará en sentirse parte de la familia y adaptarse a su estilo de vida acomodada. Antes de que ella misma se dé cuenta, su nueva vida le parece más natural que la que llevaba en Inglaterra con sus padres, sobria y sencilla. Cuando regresa al Londres de la posguerra, el recuerdo de su otra familia permanece con ella, sin dejarla nunca del todo, mientras intenta seguir adelante y buscar una vida propia.