Es una planta decorativa de interior, cuidadosamente elaborada para imitar la apariencia de una especie botánica. Su diseño se compone de un tallo principal robusto del que emergen varias ramas, dispuestas de manera escalonada para crear un efecto de volumen y movimiento. Cada rama sostiene un grupo de capullos y flores, cuyas formas detalladas y texturas finas simulan las de una planta viva.
El follaje, dispuesto en la parte inferior, consta de hojas largas y lanceoladas que se despliegan desde la base, aportando un aspecto frondoso y equilibrado. Esta planta artificial proporciona estabilidad y un contraste visual. Esta planta decorativa artificial, la puedes conseguir de dos colores: en blanco y rosado (CONSULTAR DISPONIBILIDAD).
Su importancia es la capacidad para embellecer un espacio sin los desafíos del mantenimiento de una planta natural. No requiere riego, luz solar ni cuidados especiales, lo que la convierte en una solución práctica para quienes tienen un ritmo de vida ajetreado, poca experiencia en jardinería o alergias al polen. Además, su apariencia perdura en el tiempo, sin marchitarse ni perder su forma.
Es una pieza versátil que añade un toque de vida y calidez a cualquier ambiente, ayudando a crear una atmósfera más acogedora y serena.
Gracias a su diseño compacto y su adaptabilidad, esta planta artificial puede colocarse en una gran variedad de lugares:
En salas de estar o salones: sobre una mesa auxiliar, una estantería o en el suelo junto a un sofá para rellenar un rincón vacío.
En dormitorios: en la mesita de noche o sobre un tocador, aportando un toque fresco y calmante al espacio de descanso.
En oficinas o estudios: sobre un escritorio o archivador, ayudando a reducir el estrés visual y mejorar la sensación de bienestar en el lugar de trabajo.
En pasillos y entradas: para dar la bienvenida y embellecer zonas de tránsito.
En lugares con poca luz natural: como baños o rincones interiores donde una planta natural no podría sobrevivir.
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