Descripción del producto
Este cuadro en blanco y negro captura una escena única y llena de carácter: un perro montado sobre un caballo, enmarcando un momento divertido, curioso y entrañable. Su estilo fotográfico clásico transmite una mezcla entre humor y nostalgia, ideal para quienes aprecian lo original y poco convencional.
Su estética monocromática aporta un aire atemporal, convirtiéndolo en una pieza que combina tanto con espacios modernos como con decoraciones más rústicas o vintage.
Ideal para colocar en:
Salas de estar, como pieza llamativa que despierta conversación.
Oficinas o estudios creativos, aportando un toque desenfadado e inspirador.
Espacios temáticos como bares, cafés o galerías, donde lo peculiar se convierte en protagonista.