La sartén de hierro fundido es una herramienta versátil y duradera para incluir en tu batería de cocina. Este utensilio entrega el calor y la superficie perfecta para obtener carnes, verduras y masas con la mejor textura, y puede durar varias décadas con el cuidado correcto.
Un punto importante a considerar si piensas comprar una sartén de hierro fundido es el proceso de curado inicial (para sellar la superficie y evitar adherencias) y el cuidado diario que necesita. Aquí te explicamos los pasos de estos procesos:
Para curar tu sartén, te recomendamos partir lavándola con jabón suave y agua tibia. Posteriormente, sécalo por completo y añade una capa fina de aceite vegetal en toda la superficie. Luego, introdúcelo en un horno a 250 grados celsius, hornea la sartén por una hora, y déjala enfriar por tres horas como mínimo. Tras esto, ya estará curada y lista para usar.
Después de usarla, límpiala con agua tibia o caliente y una gota de jabón neutro. Evita los productos desengrasantes y las esponjas rugosas, ya que podrían dañar el curado.
Se recomienda destinar una sartén de hierro fundido para alimentos salados y otra para dulces, ya que los sabores se impregnan a la superficie y pueden afectar el resultado final. Lo mismo si quieres cocinar pescados o preparaciones con ajo, que también requieren de una sartén exclusiva en el caso de este material.
En caso de optar por un modelo esmaltado, este tipo de cuidados no son necesarios, ya que la superficie está protegida como si se tratara de una sartén regular.