Es una pieza única de arte contemporáneo que combina pintura y relieve sobre lienzo, elaborada artesanalmente en Chile. Con un formato cuadrado de 80 × 80 cm (área activa de lienzo de 76 × 76 cm), esta obra juega con la tensión entre el plano y el volumen, generando un efecto táctil que invita al espectador a acercarse y descubrir sus matices.
Sobre un fondo liso en un blanco ligeramente cálido, se disponen cuidadosamente más de un centenar de pequeñas varillas, ramitas o moldes, también pintados de blanco. Cada elemento aporta su forma irregular y su relieve sutil, construyendo un entramado orgánico en el centro del cuadro. El resultado es un mosaico monocromático que, pese a su uniformidad de color, exhibe gran riqueza visual gracias a las sombras y a la textura que generan las piezas tridimensionales.
El bastidor de madera sectorizada, de configuración minimalista y acabado en blanco, enmarca la obra sin restarle protagonismo, a la vez que proporciona solidez y limpieza al conjunto. El perfil de la moldura, apenas visible, acentúa la sensación de que las piezas emergen directamente del lienzo.
“Trama Blanca” se integra con facilidad en ambientes modernos, minimalistas o nórdicos, aportando una nota de sofisticación y serenidad. Ideal para salones, dormitorios, estudios o recepciones, su discreta paleta neutra permite combinarla con mobiliario de madera natural, metales mate o textiles en tonos tierra. Asimismo, funciona como punto focal en espacios de carácter industrial, donde su relieve aporta dinamismo y calidez.
Cada una de las varillas ha sido posicionada y pintada a mano, lo que garantiza la exclusividad de la pieza. Al contemplar “Trama Blanca”, el público conecta con la sencillez de la naturaleza y la precisión del oficio, fusionando artesanía y diseño contemporáneo. Es, en definitiva, una obra que combina técnica, textura y elegancia en un formato perfectamente equilibrado.