Cuando Benjamin y Edgar Bowen se embarcan en un Grand Tour por Europa, están listos para conocer a Personas de Calidad. Tienen arcones llenos de pelucas doradas y trajes a juego, hambre por experimentar las maravillas arquitectónicas de la Antigua Roma y la habilidad de citar a Voltaire (con detalle). Entablarán contactos y se establecerán en la alta sociedad, justo como su madre había planeado. Pero pronto se hace evidente que sus ropas no son del color gris adecuado, sus sonrisas son demasiado preparadas, su apreciación de las artes, ridícula. La clase, aprenden, no es algo que pueda estudiarse.