Planta artificial de tres tallos verticales con una textura rugosa y espinosa. Cada tallo culmina en un denso grupo de hojas lanceoladas y puntiagudas que se extienden hacia arriba y hacia afuera, creando una forma de roseta.
La planta se encuentra en un macetero cilíndrico de base ancha que se estrecha ligeramente hacia el fondo. La superficie exterior del macetero presenta un patrón intrincado de siluetas que evocan la flora de un prado, ramificaciones delgadas y hojas estilizadas.
Este tipo de planta, aunque no es natural, es importante por varias razones. Ofrece la belleza y la sensación de un elemento vivo sin requerir ningún tipo de cuidado, lo que la hace ideal para quienes no tienen tiempo o conocimientos para la jardinería. Su diseño permite que se adapte a diferentes estilos de decoración, desde lo moderno hasta lo rústico o minimalista, aportando una sensación de tranquilidad y conexión con la naturaleza.
El uso principal de este objeto, es decorativo. Puede servir como punto focal en una habitación o como un complemento que añade textura y vida a un espacio. Es ideal para lugares donde una planta real no podría sobrevivir, como en áreas con poca luz, o en entornos donde la higiene es una prioridad, como consultorios médicos.
La versatilidad de este adorno permite colocarlo en múltiples lugares:
En casa: es perfecto para la sala de estar sobre una mesa de centro o auxiliar, en un estante de la biblioteca, o para decorar la mesita de noche en un dormitorio. También puede dar un toque de frescura a un baño.
En la oficina: puede situarse sobre un escritorio para aliviar el estrés visual o en la recepción para crear un ambiente acogedor para los visitantes.
En espacios comerciales: es una excelente opción para adornar estanterías en una tienda, o para añadir un toque de elegancia a la mesa de un restaurante.
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