En la industria alimentaria, el bicarbonato de sodio se usa como agente leudante en productos de panificación y repostería, como galletas, pan, postres, tartas y pasteles. En esta aplicación, el bicarbonato ayuda a que las masas aumenten su tamaño y que tengan una consistencia agradable.
También se usa el bicarbonato de sodio en la producción de lácteos como fórmulas lácteas, cremas, quesos, leches deshidratadas, así como en dulces, y en una de sus aplicaciones más conocidas: la elaboración de bebidas gaseosas, donde es utilizado para obtener la efervescencia característica de los refrescos.