Transfiguraciones es una continuación de Espejos sagrados, uno de los libros de arte más exitosos de los noventa. El arte de Grey mezcla detalles científicos con visionarias representaciones de energía universal, que nos conduce a un viaje transformativo a través de la oscuridad del mundo material hacia la recuperación de nuestro corazón, divinamente iluminado. El arte de Alex Grey nos conduce a un viaje transformativo, a través de la transparencia y oscuridad del mundo material, hacia la recuperación de nuestro corazón, divinamente iluminado. Las imágenes de transformarse, de dolor existencial, búsqueda y confusión, amor, muerte y trascendencia, son iconos en las extensas galerías de la odisea creativa de Grey. Desde sus tempranos autorretratos y sus pinturas de esqueletos, hasta su más recientes seres universales, enrejados con fuego y ojos, Grey nos trae una contemplación visual que siempre se está profundizando sobre la naturaleza de la i d en t i d a d personal y transpersonal. Transfiguraciones es una continuación del diálogo entre cuerpo y alma, que empezó en el primer libro de Grey, Espejos sagrados (1990). Transfiguraciones incluye todos los trabajos más importantes realizados en la década pasada, que se presentan aquí en 202 reproducciones a color y 93 imágenes en blanco y negro. Un ensayo por renombrado autor y psicólogo transpersonal, Stephen Larsen, proporciona un bosquejo biográfico del proceso creativo del artista, luchando con sus demonios y vislumbrando la luz del más allá, que lleva al dentro. La temprana incursión de Grey en el oscuro y transgresivo arte de la actuación y sus últimas instalaciones teopánicas, está todo documentado en una sección de representación especial, de veinte páginas. El crítico de arte Donald Kuspit interpreta el objeto primario de Grey, la luz mística, cómo se manifiesta a través de su único acercamiento de la figura humana. Una conversación entre el notado filósofo Ken Wilber y el artista, explora las existentes posibilidades del arte, que sirven cómo un vehíc u l o de la transformación. Albert Hofmann, el químico que descubrió el LSD, escribe el prólogo, que coloca al trabajo de Grey en la conjunción de la ciencia y el misticismo.
